Saldos del enfrentamiento
El día martes se ha anunciado la muerte de 20 soldados del Ejército indio, como producto de enfrentamiento sostenido con efectivos militares chinos, en el área fronteriza Aksai Chin, en la que confluyen los límites territoriales de la República Popular de China, la República India y la República Islámica de Pakistán. Este evento hace aumentar la tensión entre los gobiernos de ambos países, pues representa el primer evento con víctimas mortales, después de 45 años.
Disputa fronteriza de vieja data
Este conflicto fronterizo tiene una duración de varias décadas y durante las últimas semanas se han venido presentando las condiciones para una escalada violenta. Según algunos medios de comunicación de India, el enfrentamiento prescindió completamente de la utilización de armas de fuego, empleándose en cambio, palos, piedras y varas de metal, por parte de los bandos en disputa. Esos mismos medios han asegurado, que también se produjeron bajas en las filas de las fuerzas chinas.
Este conflicto tuvo un primer precedente importante, cuando se constató un enfrentamiento llevado a cabo un mes antes, luego de un tiempo prolongado sin incidentes. Desde mayo de este año hasta la fecha, se han evidenciado tres enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad de ambas naciones, en distintos puntos de la extensa frontera. Los elementos militares de ambos países han señalado las presuntas incursiones ilegales de sus contrapartes, al ámbito de los territorios nacionales bajo su protección.
Posturas de los involucrados
Mediante un comunicado emitido por el portavoz del Mando Occidental del Ejército Popular de Liberación de China, Zhang Shuli, se indicaba que el conflicto había surgido en el valle de Galwan, cuando miembros de las fuerzas militares indias, ingresaron sin autorización a territorio chino. Mientras tanto, el Ministerio de Exteriores de China, ha rechazado la presunta violación de un acuerdo sostenido entre ambos Estados, por parte de India, asegurando que sus efectivos trascendieron en dos oportunidades los límites de su territorio, afectando la soberanía de la nación.
Desde otra perspectiva, el diplomático portavoz del Ministerio de Exteriores de la segunda nación más poblada del mundo, Anurag Srivastava, argumentó que se pudiera haber evitado las bajas en ambos bandos, si los militares chinos hubiesen acatado los acuerdos de alto nivel establecidos entre los dos países.
A pesar de la aseveración realizada por parte de funcionarios y medios de comunicación de la India, en relación a la existencia de decesos de militares chinos, hasta el momento no hay declaraciones oficiales por parte del gigante asiático, que reseñen ese suceso. Sin embargo, Hu Xijin, director del periódico chino Global Times, ha asegurado mediante una publicación en su cuenta en la red social Twitter que, a su entender, su país había sufrido bajas en el enfrentamiento en el valle de Galwan.
Respuestas de funcionarios de alto nivel
Estos sucesos de violencia, han generado reacciones por parte de Narendra Modi, Primer Ministro de la República de India, quien ha asegurado este miércoles, que la intención del país es mantener relaciones pacíficas con su contraparte, pero alertó que India está dispuesta a actuar con contundencia, para responder a “cualquier provocación”. Por otra parte, sostuvo que las muertes de los soldados de su nación, no serían “en vano”.
Por su parte, China recalcó que desea el cese inmediato de los enfrentamientos con su vecino país, asegurando que están llevando a cabo las acciones diplomáticas requeridas, para resolver la disputa, mediante el diálogo y la concertación entre las partes.
Fraternidad cuestionada
Estas tensiones ponen en tela de juicio la apariencia de fraternidad, que supuestamente regía en las relaciones entre las dos naciones y los máximos líderes políticos que las representan. Cabe recordar que hace pocos meses, se llevó a cabo una reunión entre el Primer Ministro Modi y el Presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en un templo ubicado al sur de la India, la cual culminó con los máximos gobernantes cogidos de las manos, en señal de hermandad entre sus pueblos.