Estudio publicado
Según una publicación realizada en la revista británica, especializada en temas de salud, The Lancet, el Instituto de Biotecnología de Pekín y la empresa china CanSino, habrían desarrollado una vacuna que ha alcanzado la fase 1 de su ensayo clínico, para enfrentar al COVID-19.
Esta prueba abarcó una población total de 108 adultos, la cual estuvo sometida a un período de observación de 28 días, tras los cuales se determinó que la potencial vacuna podría resultar medida segura y capaz de generar anticuerpos contra el virus que ha generado una crisis sanitaria a nivel mundial.
Mecanismo de acción de la vacuna
La posible vacuna, que aún se encuentra en proceso de experimentación, actúa inoculando adenovirus 5 (vector del resfriado común) en los organismos de los voluntarios, y ha generado la activación y proliferación de anticuerpos específicos, así como también ha propiciado la liberación de las denominadas células T (linfocitos provenientes de células madre de la médula ósea), que actúan específicamente contra el virus.
Estos mecanismos de acción resultan esperanzadores. Sin embargo, los desarrolladores de la vacuna son cautelosos en su optimismo, pues señalan que el hecho de generar la activación de los elementos inmunológicos requeridos contra el coronavirus, no necesariamente protege a los potenciales usuarios contra el mismo. Debido a ello, aún deben realizarse pruebas adicionales, para determinar si la utilización de la vacuna puede resultar en un mecanismo adecuado para afrontar la pandemia. Así mismo indicaron que, de momento, falta mucho tramo por andar hasta llegar a la producción del medicamento para todos los interesados.
Esta nueva iniciativa se suma a los más de 100 variedades de potenciales vacunas que se vienen desarrollando desde hace algún tiempo, pero sólo un reducido grupo de ellas han alcanzado la fase 1 de experimentación, por lo cual resulta, sin lugar a dudas, una buena noticia. Esta vacuna deberá ser sometida a un análisis exhaustivo dentro de seis meses, a fines de evaluar sus resultados finales.
Reacciones
A pesar de que no se arrojaron consecuencias graves de la aplicación de esta vacuna en los sujetos de prueba, existieron reacciones de leves a moderadas; cómo, por ejemplo, dolor en el área de la inyección, fiebre, fatiga, dolor de cabeza y muscular. Por otra parte, uno de los usuarios (que recibió la concentración más alta del adenovirus) reportó, entre otros síntomas, fiebre alta, fatiga severa y dificultad para respirar, pero los mismos remitieron pasadas las 48 horas de la aplicación de la vacuna.
Por otra parte, también se dio a conocer la postura de algunos de los detractores de la utilización del adenovirus, como medio para garantizar una reacción inmunológica contra el SARS-CoV-2. Algunos especialistas sostienen que las células T, así como los anticuerpos generados por esta modalidad, podrían ver su capacidad de respuesta reducida, al existir una alta inmunidad de origen al adenovirus 5.
Si bien es cierto que cualquier avance en la elaboración de una vacuna contra el COVID-19, puede resultar motivador para la comunidad científica y población general, debe evaluarse cuidadosamente la posibilidad de que surjan efectos no deseados sobre sus potenciales usuarios, intentando minimizar, en todo caso, sus posibles ocurrencias.
A pesar del corto tiempo que ha transcurrido desde la declaratoria de pandemia por el coronavirus, se ha logrado discernir, cada vez mejor, la naturaleza, mecanismos de acción y otras particularidades de éste, lo cual ha resultado en un gran mérito para la humanidad y un aliciente importante para seguir realizando esfuerzos encaminados en esa dirección.