En la Unión Europea es España quien tiene la tasa de mortalidad más baja. Con una media de 829 muertes en el año 2016 por cada 100k habitantes, y la media europea fue de 1002 personas, esto es según las cifras que publicó Eurostat, que es la oficina oficial de estadísticas de la Unión Europea.
Además de España, los otros tres países con la tasa de mortalidad anual más baja de ese año fueron Francia (838 por cada 100.000), Italia (843) y Malta (882). En el otro extremo del espectro, las tasas más elevadas se registraron en Bulgaria (1.600), Letonia y Rumania (1.476).
Las causas de muerte no han cambiado con respecto a estudios anteriores: de los 5,1 millones de muertes que se produjeron en la UE en 2016, el 36 % fueron causadas por enfermedades cardiovasculares, principalmente ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. El segundo grupo más grande, que representaba el 26% del total, era el cáncer. Los únicos países en los que el cáncer fue la principal causa de muerte fueron Dinamarca, Francia, los Países Bajos y el Reino Unido.
No debemos ser complacientes cuando nos comparamos con otros países europeos; debemos analizar dónde estamos fallando y predecir cómo esto podría afectar la mortalidad futura.
En España, la baja tasa de mortalidad se combina con una alta esperanza de vida: 83 años, en comparación con la media de 80,6 años de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que sitúa a España en segundo lugar después de Japón.
«A pesar de la situación privilegiada de España, el reto pendiente es reducir la arteriosclerosis, que es el envejecimiento de las arterias y la acumulación de grasa y colesterol malo en las paredes de las arterias», dice Manuel Anguita, presidente de la Sociedad Española de Cardiología.
La dieta tradicional de España y un estilo de vida que favorece los intercambios al aire libre con amigos y familiares también han sido mencionados como factores que ayudan a reducir la mortalidad. «Aunque los países escandinavos tienen un PIB per cápita más alto – Suecia ocupa el puesto 17 y España el 34, según el Fondo Monetario Internacional – los países mediterráneos tienen un estilo de vida que favorece la longevidad», dice Anguita.
Asistencia sanitaria públicaEl 98,8% de los españoles tiene acceso a la sanidad pública gratuita, que son 2 puntos por encima de la media de la OCDE. Sin embargo, la inversión durante la crisis económica, entre 2009 y 2013, creció solo 0,6 puntos porcentuales, en comparación con tasas anteriores de 3,4 puntos. El gasto público en sanidad en 2016 se situaba en torno a los 2.800 euros por habitante, muy por debajo de la media de la OCDE, que es de 3.400 euros.
A pesar de la situación privilegiada de España, el reto pendiente es reducir la arterioesclerosis
«No debemos ser complacientes cuando nos comparamos con otros países europeos; debemos analizar dónde estamos fallando y predecir cómo esto podría afectar la mortalidad futura», dice Ildefonso Hernández, profesor de medicina preventiva y salud pública de la Universidad Miguel Hernández.
Los expertos también señalan un nuevo aumento en el tabaquismo, que podría aumentar las tasas de cáncer y las enfermedades cardiovasculares.