Una situación sin precedentes en el país suramericano se ha presentado recientemente. El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, al estilo de “El Estado soy yo”, ha aprobado una llamada “ley antibloqueo para el desarrollo nacional y garantía de derechos humanos”, con la cual se ha concentrado mucho más el poder que ha logrado retener por la fuerza y por las reiteradas violaciones a los derechos humanos y a la legislación nacional.
El dictador venezolano, dijo que escribió el mismo la ley y que la cuestionada Asamblea Constituyente, aprobó dicha reglamentación en la cual se le autoriza a que tome decisiones en el aspecto económico y respecto a los bienes nacionales, sin necesidad de limitarse a la Constitución Nacional y sin rendir cuentas a ningún ente. Esto sin dudas pone en riesgo el patrimonio de Venezuela, ya que el régimen de Maduro ha sido acusado de cargos de narcotráfico y corrupción, incluso sobre Maduro y sus principales aliados pesa una orden de captura internacional por dichos delitos.
Sin embargo hay que destacar, que dicha normativa ha generado fisuras a lo interno de los aliados políticos de la dictadura. Por un lado se encuentran quienes consideran una extralimitación que Maduro tenga poderes ilimitados y sobre todo que se viole el ordenamiento jurídico y legal del país, y por otra parte están los que son fieles al dictador y apoyan todas las decisiones y propuestas que tengan que ver con ampliarle los poderes.
Crisis de Institucionalidad en Venezuela
Desde el año 2017, Venezuela sufre una grave crisis de institucionalidad, la cual ha agigantado la devastadora crisis económica que vive el país desde el 2014. El régimen de Maduro impuso de manera ilegal una Asamblea Constituyente, con la supuesta intención de generar una nueva Constitución; en realidad lo que hizo con ese mecanismo fue acomodar todos los poderes públicos y subyugarlos a su poder central, algo que no podía hacerlo con la Asamblea Nacional legítima en la cual la oposición era amplia mayoría.
Ese organismo írrito, que fue instalado violando las normas constitucionales ha convocado a diversas elecciones regionales y hasta las presidenciales en 2018. Todos esos procesos han sido tachados de ilegales, pues el régimen ha cercenado los derechos políticos de muchos dirigentes de oposición, ha acrecentado las violaciones al Estado de Derecho y ahuyentado toda posibilidad de confianza en los procesos electorales.
Ahora, dicha Asamblea Constituyente anuncia que no presentará proyecto de Constitución, que se quedará con las leyes aprobadas y que esas no van a referéndum. Además le dejará el campo abierto al dictador Maduro para que maneje el patrimonio del país a su manera y que la futura Asamblea Nacional que surja de las elecciones en diciembre próximo, no tenga posibilidad de vetarle su accionar.
Crisis económica en Venezuela
Desde la llegada al poder de Nicolás Maduro en Venezuela en marzo de 2013, la nación suramericana ha vivido una crisis de magnitudes apocalípticas. Hoy en día el país vive un momento parecido a una post guerra; mencionamos como parte de las consecuencias de la permanencia de Maduro en Caracas al desastre de la economía con una inflación superior a 1.000.000%, dolarización de facto, crisis en los servicios públicos, falta de alimentos y medicinas, destrucción de la industria petrolera lo que ha llevado a escases de combustible, coartación de las libertades individuales, según informes de la ONU hay más de 200 mil pesos políticos sin sumar a los exiliados, delincuencia galopante y aupada por el régimen. Un verdadero caos en Venezuela, que ha repercutido en la región con una diáspora de más de 5 millones de venezolanos en edad productiva que han abandonado el país huyendo de las condiciones terribles que la dictadura ha generado.
Múltiples organismos internacionales y gobiernos vecinos han acordado que es urgente un cambio político en Venezuela, pero hasta ahora no ha quedado en nada. Solo la esperanza de que la crisis pueda paralizarse e iniciar un proceso de reconstrucción de un país que llegó a ser de los más prósperos de América Latina.