Trabajadores ilegales en Andalucía: no deseados pero indispensables

En el sur de España, el partido de extrema derecha Vox ha obtenido los votos de los agricultores con la promesa de deportar a los trabajadores ilegales.

Pero no sé qué harían sin nosotros», comentó un africano mientras dejaba un invernadero en El Ejido.

En esta parte de la extensa región de Andalucía, apodada el «mar de plástico», los brillantes invernaderos se encuentran uno al lado del otro durante kilómetros y kilómetros.

Aquí es donde Vox obtuvo sus mejores resultados en las recientes elecciones locales que le han llevado a sentarse en un parlamento regional por primera vez en la historia moderna de España.

Y aunque no obtuvo suficientes votos para gobernar, el apoyo de 12 legisladores Vox ha permitido que una coalición conservadora-liberal tome el poder en Andalucía.

Uno de los pilares del programa del partido de extrema derecha es un llamamiento a denunciar y deportar a los inmigrantes ilegales.

Pero en esta zona del sureste de España, llamada «la huerta de Europa», los trabajadores extranjeros son parte integrante de la agricultura ultraintensiva de la que depende la economía regional.

Conduciendo su bicicleta por caminos bordeados de invernaderos, Issa Guebre, de 24 años, dice que le pagan 36 euros al día por cultivar melones.

Llegó el año pasado de Burkina Faso después de escalar la alta valla que separa el territorio español de ultramar de Melilla de Marruecos.

Guebre dice que su jefe «nunca le ha pedido» ningún documento de identidad y que nunca ha visto a un inspector de trabajo.

50 grados

Cuando se le pregunta sobre el llamamiento de Vox para deportar a todos los trabajadores ilegales, dice: `No sé cómo se las arreglarían aquí sin nosotros los africanos’.

En verano hace tanto calor en los invernaderos a 50 grados (120 grados F) que ni siquiera el propietario entra».

Un senegalés que vive en Andalucía, Serigne Mamadou Keinde Diassaka, llamó la atención recientemente cuando publicó en Facebook un vídeo visto más de 600.000 veces.

Respondiendo a Vox a las seis de la mañana en un viñedo de Albacete, dijo: «Esto es lo que hacemos los inmigrantes: trabajar».

En El Ejido, con una población de 89.000 habitantes, Vox obtuvo el 29,51% de los votos, por delante del conservador Partido Popular (PP) que ha gobernado la ciudad durante 28 años.

Vox podría incluso ganar las elecciones municipales en mayo, según las encuestas.

Más allá de la inmigración, el típico votante Vox está indignado por la campaña de independencia en el noreste de Cataluña o por el reciente movimiento feminista.

Un eslogan pintado de rojo en un invernadero ilustra la cólera dirigida contra el primer ministro socialista español que quiere exhumar los restos del dictador Francisco Franco desde su mausoleo cerca de Madrid.

¡Pedro Sánchez, bastardo! Franco no es el problema, tú eres el problema. Viva la Guardia Civil (policía). España es una nación.

Reclutar a los que se presentan

En el bar Las Chozas, los agricultores que recogen tapas o juegan al futbolín dicen’muchos votaron por Vox’ y’los trabajadores ilegales deberían ir’.

Andrés Fernández, de 44 años, posee un vasto terreno de invernaderos.

Dice que los inmigrantes’piden más de lo que deberían porque vienen de un país del tercer mundo pero no quieren seguir las reglas aquí'».

Señala, por ejemplo, a los que no quieren comer cerdo en la cantina.

Pero también admite que «sin inmigrantes aquí, no se puede sobrevivir».

Cuando hay que cosechar 70.000 kilos de sandías en 24 horas, se contrata a los que aparecen», dice Salvador, un hombre de 64 años que se negó a dar su apellido, reconociendo que a veces contrata a trabajadores ilegales.

Fumando un cigarrillo, el dueño de la tierra, con la cara profundamente rayada, sin embargo, dijo que es `sensible al discurso de Vox».

Según José Cueva, del SOC, «entre el 20 y el 30 por ciento de los trabajadores (agrícolas) son ilegales» en la provincia de Almería, una de las ocho de Andalucía.

En El Ejido, los empleadores reúnen a los trabajadores ilegales a primera hora de la mañana,’con total impunidad’, junto a la comisaría de policía, dice.

Se estarían disparando a sí mismos en el pie: la deportación de inmigrantes ilegales crearía un gran déficit de trabajadores», añade.

Señalando las `contradicciones’ de los agricultores, cree que `necesitan a estos trabajadores’ ya que su producción a bajo costo `no sería posible sin la precariedad generalizada».

El ex alcalde del PP de El Ejido, Juan Enciso, había resumido en el año 2000 su pensamiento diciendo que necesitaban inmigrantes de día, pero que debían desaparecer por la noche.

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